lunes, 25 de abril de 2016

Andalucía en la Edad Media (II): La Andalucía Cristiano-Medieval

INTRODUCCIÓN:

La victoria cristiana de las Navas de Tolosa (1212) supuso una victoria de los cristianos sobre los almohádes. Los reyes cristianos inician la reconquista de las tierras andaluzas: Córdoba, Jaén, Sevilla en 1248. Alfonso X conquista Cádiz en 1262. Alfonso XI vence a los benimerines e la batalla del río Salado 1340, lo que unido a la toma de Algeciras, aseguró el control del estrecho de Gibraltar por donde los musulmanes recibían la ayuda de los estados del Norte de África. A partir del siglo XIV, los reyes de Castilla reconquistan el reino nazaríta de Granada, que ocupó las provincias de Almería, Granada y Málaga. La penetración tardía de los cristianos en Andalucía motivó un profundo arraigo de la cultura islámica, cuyos rasgos, incluso hoy en día, perviven en el pueblo andaluz. La sociedad de Al Andalus fue plural y compleja. En la Península vivieron los cristianos, los musulmanes y los judíos. Los cristianos eran el grupo dominante y controlaban el poder, los musulmanes se dedicaban a las finanzas y artesanía y los judíos se dedicaban a la agricultura. La convivencia era pacífica pero hubo duros enfrentamientos y persecuciones. La pluralidad fomentó una riqueza cultural caracterizada por la fusión de rasgos de los tres pueblos. La huella musulmana era muy profunda en Andalucía porque una gran mayoría de su población siguió siendo islámica. Por ejemplo el estilo románico, el arte mozárabe y el gótico, fomentado por Alfonso X. Después surgen monumentos de estilo gótico tardío o flamígero.

EL MUDEJARISMO
Mudéjar es un término que deriva de la palabra árabe que significa "doméstico" o "domesticado" y que se utiliza para designar a los musulmanes que permanecieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos, y bajo su control político, durante el proceso de avance de los reinos cristianos hacia el sur (denominado Reconquista), que se desarrolló a lo largo de la Edad Media en la Península Ibérica.
Al principio se les permitió seguir practicando el Islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Se organizaban en comunidades denominadas aljamas o morerías con diversos grados de autogobierno, según las condiciones de rendición, o de subordinación: en el caso de Baleares, la total esclavitud, en otros casos, la vinculación en condiciones de servidumbre feudal. En Valencia existían los denominados moros paliers (protegidos del rey) y otros de menor grado de protección (decimati y quintati).
Su gran mayoría, de condición social humilde, eran campesinos con una especial vinculación a la agricultura de regadío (huertas y vegas, terrazas en las laderas) o artesanos especializados (albañilería, oficios textiles cordobanes, sedas). Con el tiempo, las condiciones de convivencia y tolerancia se fueron endureciendo, restringiendo los contactos sociales y económicos entre comunidades; a la tradicional separación de carnicerías (basada en el especial método de sacrificio) se añadió la prohibición de contactos profesionales y matrimonios mixtos.
Las revueltas mudéjares fueron numerosas a partir del siglo XIII, y provocaron la despoblación de algunas zonas (Valle del Guadalquivir, Norte de Alicante), aunque se mantuvieron en otras, sobre todo en el Levante, tanto castellano (Murcia), como aragonés (resto del reino de Valencia Denia, Játiva, Segorbe, e incluso en el valle del Ebro Borja, Tarazona, Huesca, Teruel, Zaragoza, Calatayud). A finales de la Edad Media representaban el 11 por ciento de la población de la Corona de Aragón.
La Guerra de Granada (1482-1492) proporcionó la definitiva ampliación del concepto de mudéjares a todos los musulmanes peninsulares. En principio las condiciones de la rendición les permitía su continuidad y el ejercicio de la religión islámica, sin embargo, el incumplimiento de las condiciones pactadas por parte de los cristianos originó los primeros conflictos. A partir de la revuelta del Albaicín y la de los mudéjares granadinos en 1499, por el decreto de 1502 fueron obligados a convertirse al cristianismo, pasando así a denominarse moriscos, que a pesar de ello continuaron con sus costumbres diferenciadas y el ejercicio clandestino de su religión. La rebelión de las Alpujarras (1568) llevó a la dispersión de los granadinos por el interior de Castilla (no así los de Levante), y la imposibilidad de integración y el recelo a su connivencia con los piratas berberiscos y el Imperio turco llevó a la decisión de la expulsión de los moriscos en 1609, aunque sus efectos reales fueron escasos.


EL ARTE GÓTICO
Arte gótico es una denominación del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante la Alta y Baja Edad Media, en lo que comprende desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolló en momentos cronológicos diversos, ofrece en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas estilísticas que corresponden a diversas adaptaciones: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.

Un ejemplo es La Capilla Real
Fases: 

Periodo almohade (1172-1248) Durante la administración musulmana, el califa almohade Abu Yacub Jusuf ordenó la construcción de una gran mezquita en Sevilla en los terrenos que actualmente ocupa la catedral. Los trabajos se prolongaron entre abril de 1172 y marzo de 1198, aunque se inauguró el 30 de abril de 1182. La dirección de las obras fue encargada al prestigioso arquitecto de origen andalusí Ahmad Ben Baso, el mismo que edificó los palacios de la Buhayra en Sevilla, el cual construyó un hermoso edificio de planta rectangular de 113 x 135 m y con una superficie de más 15.000 m². Poseía 17 naves adornadas con arcos de herradura y un amplio patio, el sahn que aún se conserva con el nombre de Patio de los Naranjos. La actual puerta del Perdón daba acceso al recinto.

Periodo mudéjar (1248-1401) Tras la conquista de la ciudad por los cristianos el 23 de noviembre de 1248, la mezquita mayor fue consagrada, pasando a ser catedral de la archidiócesis con pequeños cambios, como el de una Capilla Real donde se enterraron diferentes monarcas y familiares, entre ellos Alfonso X, Fernando III y Beatriz de Suabia. Los cristianos utilizaron durante más de 150 años el edificio musulmán. A partir de 1401 se pensó en un nuevo templo de formas totalmente cristianas, por lo que con el pretexto de que la mezquita se encontraba en estado ruinoso, se procedió a demolerla.

 

Gótica (1401-1528) El cabildo catedralicio decidió el 8 de julio de 1401 construir un nuevo templo, pues la antigua mezquita almohade se encontraba mal conservada después del terremoto ocurrido en 1356 que la afectó gravemente. Según la tradición oral sevillana la decisión de los canónigos habría sido: «Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos» y según el acta capitular de aquel día la nueva obra debía ser «una tal y tan buena, que no haya otra su igual». Tradicionalmente se ha dado como fecha de inicio de las obras el año 1402, aunque actualmente se considera como fecha más probable 1434. Se prolongaron en esta fase hasta 1506. Se cree que el primitivo proyecto de la obra se debió al maestro Alonso Martínez. Posteriormente fueron maestro de obras Ysambarte y en 1439 el francés Carlín (Charles Gauter de Rúan) que se hizo cargo de los trabajos con un salario de mil maravedíes anuales, creyéndose que estuvo al frente de los mismos hasta su muerte hacia 1448, su sucesor fue el cantero Juan Normant. Entre 1498 y 1512 ejerció el cargo de maestro mayor Alonso Rodríguez. El día 6 de octubre del año 1506, tuvo lugar la ceremonia oficial para celebrar la conclusión de la obra, en la que se colocó la "piedra postrera" en la parte más alta del cimborio. Se invitó al arzobispo Diego de Deza a participar en el acto, aunque se excusó por encontrarse demasiado viejo para subir y lo presenció como espectador desde la capilla de la Virgen de la Antigua. No se pudieron realizar celebraciones por haber fallecido dos semanas antes el rey Felipe I de Castilla (Felipe el Hermoso). Al año siguiente, 1507, tuvo lugar la consagración del templo, aunque quedaron pendientes algunas obras por concluir. El resultado final fue un grandioso templo gótico de enormes dimensiones y riguroso diseño. Cuatro años después, el 28 de diciembre de 1511, falló uno de los enormes pilares y se produjo un derrumbe que afectó al cimborio que cubría el crucero, todo al parecer causado por el peso excesivo de la estructura. Se destituyó a Alonso Rodríguez y, tras un detenido estudio de las posibles soluciones, el arquitecto Juan Gil de Hontañón, siguiendo el marco estilístico inicial, diseñó una nueva cúpula que se completó en el año 1519. Este cimborio se desplomó 370 años más tarde, el 1 de agosto de 1888, volviéndose a reconstruir por el arquitecto Joaquín Fernández con igual forma, tal como se ve en la actualidad.

 

Renacentista (1528-1593) Corresponde al periodo iniciado en 1528, en que se construyeron una serie de dependencias anexas al templo gótico, como la Sacristía mayor, la Sala Capitular y la Capilla Real y se terminaron otras como la Sacristía de los Cálices y las Capillas de los Alabastros. En estas obras intervinieron los arquitectos Diego de Riaño, Martín de Gainza y Asensio de Maeda. También en esta etapa Hernán Ruiz edificó el último cuerpo de la Giralda. La catedral y sus dependencias quedaron terminadas en 1593.

 

Barroca (1618-1758) En esta fase se construyó la Iglesia del Sagrario (1618-1663) por Miguel de Zumárraga; se trata en realidad de una iglesia independiente de la catedral, aunque se encuentra anexa a la misma y se comunica con ella. A este edificio le acompañaron en el mismo estilo una serie de pequeños agregados en el frente de Poniente.

 

Académica (1758-1823) Durante esta fase predomina el estilo neoclásico. Se construyeron diversas dependencias situadas en la zona suroeste del templo, entre la actual avenida de la constitución y el Archivo de Indias. Entre los años 1762 y 1797 se procedió al derribo de los edificios que unían el monumento al caserío de la ciudad, para conseguir que la manzana que ocupa estuviera totalmente independiente. Los principales arquitectos que intervinieron en las obras fueron Manuel Núñez y Fernando de Rosales.

 

Neogótica (1825-1928) Este periodo comprende desde 1825 hasta 1928. Durante el mismo se terminaron partes del edificio que habían quedado inconclusas, procurando en todo momento mantenerse lo más próximo posible al diseño gótico original. Continuando el proyecto del arquitecto Demetrio de los Ríos del año 1866, las puertas de la Concepción y la de San Cristóbal o del Príncipe, fueron acabadas por Adolfo Fernández Casanova entre 1895 y 1917. También se realizaron diferentes trabajos de restauración. Inició esta etapa Fernando de Rosales y la cerró Javier de Luque.

 

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