miércoles, 1 de junio de 2016

El Barroco en Andalucía

EL ARTE DEL BARROCO EN ANDALUCÍA

El Barroco es el período cultural comprendido entre el Manierismo y el Rococó. Surgido en Italia a principios del siglo XVII, la influencia del Barroco se extendió a prácticamente todos los estilos artísticos de la época en la Europa occidental y sus colonias hasta comienzos del siglo XVIII. Desde principios de siglo XVII y hasta mediados del siglo XVIII predomino en este estilo la linea curva sobre la recta y fortaleció el elemento decorativo sobre el constructivo. El estilo barroco se caracteriza fundamentalmente por su oposición a los valores renacentistas de equilibrio y armonía. Las manifestaciones artísticas de este período representan una realidad nueva plagada de movimiento y con formas ostentosas que tienden a la exageración. En el artículo anterior tratamos la arquitectura, donde la decoración juega un papel fundamental, así como el uso de formas cóncavas y convexas que propician un juego de luces y sombras óptimo para conseguir efectos dramáticos. Continuaremos en este artículo hablando de las obras de arte escultóricas y pictóricas andaluzas.

LA ESCULTURA:
En la escultura barroca, predomina la exclusividad religiosa. En las obras se funde el realismo, con un carácter dinámico y expresivo. Las imágenes son naturales, puras y diáfanas. Destaca la serenidad y el equilibro y se intenta motivar la devoción católica. El escultor Juan Martínez Montañés, nacido en la provincia de Jaén, se nutre del clasicismo, del sosiego y de un minucioso estudio de la anatomía. En la Catedral de Sevilla, se halla el Cristo de la Clemencia (1603), una escultura muy humanizada. Su obra Inmaculada Concepción (1629-1631), popularmente llamada “La cieguecita”, personifica la ingenuidad, la melancolía, la dulzura y la belleza. Discípulo de éste, fue Alonso Cano, también pintor y arquitecto. Emplea igualmente el clasicismo de su maestro, pero con mayor expresión y dinamismo. Al buscar la perfección y la idealización de sus esculturas, sus obras despliegan solemnidad en detrimento del dramatismo. Algunas de sus imágenes más representativas son: Inmaculada del Facistol (1655) y San Antonio de Padua (1665). Pedro de Mena y Medrano, aprendiz del anterior, esgrime un estilo sobrio, directo y realista, y con aparente sencillez comunica diferentes emociones. Creaciones suyas son la Magdalena Penitente (1664) y la sillería del coro de la Catedral de Málaga (1658). También discípulo de Alonso Cano, fue José de Mora, que alcanzaría el estatus de escultor de cámara del rey Carlos II. Otros escultores de renombre pertenecientes a la escuela andaluza fueron: Pedro Roldán, Pedro Duque Cornejo, Fernando Ortiz, Juan de Mesa y Andrés de Carvajal. Sin embargo, la mayor fuente de obras artísticas debemos encontrarlo en la pintura. Por un lado, la Iglesia que necesitaba difundir y consolidar la religión católica, recurrió a los artistas para propagar su mensaje. Por otro, el patrocinio de la corte, como fue el caso de Felipe IV, propició diversos y muy prolíficos encargos. En Andalucía, cabe destacar la escuela sevillana donde descollaron tres grandes artistas. Aunque de origen extremeño, el primero de ellos fue Francisco de Zurbarán. Se dedicó principalmente a la temática religiosa, con un estilo simple, aunque efectivo y detallado. Predomina en sus obras el tenebrismo y la búsqueda de una representación real de las cosas. Entre sus pinturas cabe nombrar San Hugo en el refectorio de los Cartujos (1630), La Inmaculada Concepción (1630), Cristo y la Virgen de Nazareth (1635), Fray Gonzalo de Illescas (1639) y Santa Casilda (1640). Alonso Cano, ya nombrado anteriormente, también se dedicó a la pintura. Su estilo evolucionó de un marcado tenebrismo a un clasicismo de esencia veneciana. Fue autor del Descenso del Limbo (1646-1652), Cristo muerto en brazos de un ángel (1650) y Presentación de la Virgen en el Templo (1656). Sin embargo, el artista universal del barroco andaluz, fue Diego Velázquez. Exponente de la pintura española y universal, se le cataloga entre los artistas de mayor genio y es considerado el mejor retratista de la época. Sus primeras obras se contextualizan en el naturalismo, aunque su estilo evolucionaría gracias a la influencia de Rubens, cuando llegaría a estudiar los efectos de la iluminación hasta alcanzar un logrado realismo. Entre sus numerosas obras, destacan las siguiente: El aguador de Sevilla (1620), Los borrachos (1628-1629), La fragua de Vulcano (1630), La rendición de Breda (1635), Cristo crucificado (1639), Venus del espejo (1647-1651), Retrato de Inocencio X (1649), Las Meninas (1656) y Las Hilanderas (1657). De todo esto se trasluce que Andalucía legó al arte barroco un prodigioso elenco de artistas. Sus obras han llegado hasta nuestros días y muchas de ellas se exponen en los museos más importantes del mundo. A pesar de las vicisitudes económicas del momento, el barroco engalanó la tierra andaluza con sus mejores galas.


LA ARQUITECTURA:
El barroco es el arte de la Contrarreforma, de los siglos XVII y XVIII, que contrasta de manera frontal con el ideal de armonía, proporción y medida del estilo anterior, el renacimiento. Es un arte teatral, por lo que recurre al hiperrealismo para despertar la emotividad del espectador. Es un arte dinámico que busca crear la sensación constante de movimiento, por lo que las líneas rectas se parten y quiebran, y las columnas giran sobre su propio eje para convertirse en salomónicas. El artista barroco da igual importancia a lo esencial y a lo accidental, por eso es tan minucioso en la composición de pequeños detalles y tan dado a la ornamentación profusa. Su idea es aunar en una misma obra visiones distintas y hasta antagónicas. El origen de este nuevo estilo artístico está también en Italia, pero su manifestación en España va a ser muy genuina y diferente al resto de Europa. Es más, no es igual el barroco andaluz que el valenciano o castellano. Andalucía es uno de los grandes centros del barroco español y, por tanto, no es difícil encontrarnos con edificios de estilo barroco en cualquier ciudad o pueblo andaluz. No obstante, provincias como Sevilla o Córdoba destacan de manera especial.

LA PINTURA:
El siglo XVII es el siglo de oro de la pintura española. Se caracteriza por los temas religiosos aunque aparecen los mitológicos y profanos(bodegones y retratos).
La figura más importante de esta etapa son el pintor valenciano José de Ribera, y el extremeño Francisco de Zurbarán, y los andaluces Diego de Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo.
Diego de Velázquez, sevillano, está considerado como uno de los mejores pintores de todos los tiempos. Se inició en el arte de la pintura a temprana edad aprendiendo del pintor y humanista Pacheco. Tras su éxito en Sevilla marchó a Madrid donde se convirtió en pintor del rey. Se ha dicho que es el pintor de la átmosfera porque consigue un realismo único mediante el dominio de la técnica, la luz, el color y la perspectiva aérea. Sus obras más famosas son: Las meninas, las hilanderas, el triunfo de Baco, las lanzas o la rendición de Breda y La fragua de Vulcano.
Bartolomé Esteban Murillo fue un gran pintor sevillano que se hizo famoso por sus cuadros de niños.Destacó también por la creación de cuadros religiosos y estampas costumbristas.En muchas de sus obras reflejó la vida cotidiana.


       



lunes, 16 de mayo de 2016

El Renacimiento en Andalucía

EL RENACIMIENTO

Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos xv y xvi. Fue un período de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. La ciudad de Florencia, en Italia, fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por toda Europa.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El término «renacimiento» se utilizó reivindicando ciertos elementos de la cultura clásica griega y romana, y se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa medieval. En esta nueva etapa se planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo.
En ese sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari formuló una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascita), que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y graduales. El concepto actual de renacimiento será formulado tal y como hoy lo entendemos en el siglo xix por el historiador Jules Michelet.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico: su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.

EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA

Arquitectura:
La características común de la arquitectura, escultura y pintura es la de inspirarse en la antigüedad como fuente de sus motivos y elementos, así como la aplicación del racionalismo y la simetría.
El plateresco es un estilo arquitectonico exclusivo del renacimiento español. Surgio a finales del siglo XIV y principios del XV. Este estilo es una mezcla de elementos caracteristicos del estilo gótico mudejar y renacentista.
Recibe su nombre porque los adornos que adornan la fachada de los edificios de este estilo se asemejaban a las joyas de carácter religioso que hacían los plateros en la época.
Los edificios del plateresco pueden ser gótico en su interior pero aparentan en el exterior rasgos que recuerdan a las primeras obras del renacimiento florentino. Las fachadas del plateresco están repletas de adornos: coronas, escudos, columnas abalaustradas, grutescos, figuras salvajes, etc. El edificio mas representativo de este estilo en Andalucía es el ayuntamiento de Sevilla que es obra de Diego de Riaño. También destacan la casa del pópulo en Baeza y otros edificios de la ciudad de Ubeda.

La escultura:
Como en las demás manifestaciones artísticas, los ideales de vuelta a la antigüedad, inspiración en la naturaleza, humanismo antropocéntrico e idealismo fueron los que caracterizaron la escultura de este período. Ya el gótico había preludiado en cierta manera algunos de estos aspectos, pero algunos hallazgos arqueológicos (el Laocoonte, hallado en 1506, o el Torso Belvedere) que se dieron en la época supusieron una auténtica conmoción para los escultores y sirvieron de modelo e inspiración para las nuevas realizaciones.
Aunque se siguieron haciendo obras religiosas, en las mismas se advierte un claro aire profano; se reintrodujo el desnudo y el interés por la anatomía con fuerza, y aparecieron nuevas tipologías técnicas y formales, como el relieve en stiacciato (altorrelieve con muy poco resalte, casi plano) y el tondo, o composición en forma de disco; también la iconografía se renovó con temas mitológicos, alegóricos y heroicos. Apareció un inusitado interés por la perspectiva, derivado de las investigaciones arquitectónicas coetáneas, y el mismo se plasmó en relieves, retablos, sepulcros y grupos escultóricos. Durante el Renacimiento decayó en cierta manera la tradicional talla en madera policromada en favor de la escultura en piedra mármol preferentemente y se recuperó la escultura monumental en bronce, caída en desuso durante la Edad Media. Los talleres de Florencia fueron los más reputados de Europa en esta técnica, y surtieron a toda Europa de estatuas de este material.

La pintura:

En pintura, las novedades del Renacimiento se introdujeron de forma paulatina pero irreversible a partir del siglo xv. Un antecedente de las mismas fue Giotto, pintor aún dentro de la órbita del gótico, pero que desarrolló en sus pinturas conceptos como volumen tridimensional, perspectiva y naturalismo, que alejaban su obra de los rígidos modos de la tradición bizantina y gótica y preludiaban el Renacimiento pictórico. En el Quattrocento (siglo xv) se recogieron todas estas novedades y se adaptaron a la nueva mentalidad humanista y burguesa que se expandía por las ciudades-estado italianas. Los pintores, aun tratando temas religiosos la mayoría de ellos, introdujeron también en sus obras la mitología, la alegoría y el retrato, que se desarrollarían a partir de ahora enormemente. Una búsqueda constante de los pintores de esta época sería la perspectiva, objeto de estudio y reflexión para muchos artistas: se trató de llegar a la ilusión de espacio tridimensional de una forma científica y reglada. La pintura cuatrocentista es una época de experimentación; las pinturas abandonan lenta y progresivamente la rigidez gótica y se aproximan cada vez más a la realidad. Aparece la naturaleza retratada en los fondos de las composiciones, y se introducen los desnudos en las figuras.
     

lunes, 25 de abril de 2016

Andalucía en la Edad Media (II): La Andalucía Cristiano-Medieval

INTRODUCCIÓN:

La victoria cristiana de las Navas de Tolosa (1212) supuso una victoria de los cristianos sobre los almohádes. Los reyes cristianos inician la reconquista de las tierras andaluzas: Córdoba, Jaén, Sevilla en 1248. Alfonso X conquista Cádiz en 1262. Alfonso XI vence a los benimerines e la batalla del río Salado 1340, lo que unido a la toma de Algeciras, aseguró el control del estrecho de Gibraltar por donde los musulmanes recibían la ayuda de los estados del Norte de África. A partir del siglo XIV, los reyes de Castilla reconquistan el reino nazaríta de Granada, que ocupó las provincias de Almería, Granada y Málaga. La penetración tardía de los cristianos en Andalucía motivó un profundo arraigo de la cultura islámica, cuyos rasgos, incluso hoy en día, perviven en el pueblo andaluz. La sociedad de Al Andalus fue plural y compleja. En la Península vivieron los cristianos, los musulmanes y los judíos. Los cristianos eran el grupo dominante y controlaban el poder, los musulmanes se dedicaban a las finanzas y artesanía y los judíos se dedicaban a la agricultura. La convivencia era pacífica pero hubo duros enfrentamientos y persecuciones. La pluralidad fomentó una riqueza cultural caracterizada por la fusión de rasgos de los tres pueblos. La huella musulmana era muy profunda en Andalucía porque una gran mayoría de su población siguió siendo islámica. Por ejemplo el estilo románico, el arte mozárabe y el gótico, fomentado por Alfonso X. Después surgen monumentos de estilo gótico tardío o flamígero.

EL MUDEJARISMO
Mudéjar es un término que deriva de la palabra árabe que significa "doméstico" o "domesticado" y que se utiliza para designar a los musulmanes que permanecieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos, y bajo su control político, durante el proceso de avance de los reinos cristianos hacia el sur (denominado Reconquista), que se desarrolló a lo largo de la Edad Media en la Península Ibérica.
Al principio se les permitió seguir practicando el Islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Se organizaban en comunidades denominadas aljamas o morerías con diversos grados de autogobierno, según las condiciones de rendición, o de subordinación: en el caso de Baleares, la total esclavitud, en otros casos, la vinculación en condiciones de servidumbre feudal. En Valencia existían los denominados moros paliers (protegidos del rey) y otros de menor grado de protección (decimati y quintati).
Su gran mayoría, de condición social humilde, eran campesinos con una especial vinculación a la agricultura de regadío (huertas y vegas, terrazas en las laderas) o artesanos especializados (albañilería, oficios textiles cordobanes, sedas). Con el tiempo, las condiciones de convivencia y tolerancia se fueron endureciendo, restringiendo los contactos sociales y económicos entre comunidades; a la tradicional separación de carnicerías (basada en el especial método de sacrificio) se añadió la prohibición de contactos profesionales y matrimonios mixtos.
Las revueltas mudéjares fueron numerosas a partir del siglo XIII, y provocaron la despoblación de algunas zonas (Valle del Guadalquivir, Norte de Alicante), aunque se mantuvieron en otras, sobre todo en el Levante, tanto castellano (Murcia), como aragonés (resto del reino de Valencia Denia, Játiva, Segorbe, e incluso en el valle del Ebro Borja, Tarazona, Huesca, Teruel, Zaragoza, Calatayud). A finales de la Edad Media representaban el 11 por ciento de la población de la Corona de Aragón.
La Guerra de Granada (1482-1492) proporcionó la definitiva ampliación del concepto de mudéjares a todos los musulmanes peninsulares. En principio las condiciones de la rendición les permitía su continuidad y el ejercicio de la religión islámica, sin embargo, el incumplimiento de las condiciones pactadas por parte de los cristianos originó los primeros conflictos. A partir de la revuelta del Albaicín y la de los mudéjares granadinos en 1499, por el decreto de 1502 fueron obligados a convertirse al cristianismo, pasando así a denominarse moriscos, que a pesar de ello continuaron con sus costumbres diferenciadas y el ejercicio clandestino de su religión. La rebelión de las Alpujarras (1568) llevó a la dispersión de los granadinos por el interior de Castilla (no así los de Levante), y la imposibilidad de integración y el recelo a su connivencia con los piratas berberiscos y el Imperio turco llevó a la decisión de la expulsión de los moriscos en 1609, aunque sus efectos reales fueron escasos.


EL ARTE GÓTICO
Arte gótico es una denominación del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante la Alta y Baja Edad Media, en lo que comprende desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolló en momentos cronológicos diversos, ofrece en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas estilísticas que corresponden a diversas adaptaciones: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.

Un ejemplo es La Capilla Real
Fases: 

Periodo almohade (1172-1248) Durante la administración musulmana, el califa almohade Abu Yacub Jusuf ordenó la construcción de una gran mezquita en Sevilla en los terrenos que actualmente ocupa la catedral. Los trabajos se prolongaron entre abril de 1172 y marzo de 1198, aunque se inauguró el 30 de abril de 1182. La dirección de las obras fue encargada al prestigioso arquitecto de origen andalusí Ahmad Ben Baso, el mismo que edificó los palacios de la Buhayra en Sevilla, el cual construyó un hermoso edificio de planta rectangular de 113 x 135 m y con una superficie de más 15.000 m². Poseía 17 naves adornadas con arcos de herradura y un amplio patio, el sahn que aún se conserva con el nombre de Patio de los Naranjos. La actual puerta del Perdón daba acceso al recinto.

Periodo mudéjar (1248-1401) Tras la conquista de la ciudad por los cristianos el 23 de noviembre de 1248, la mezquita mayor fue consagrada, pasando a ser catedral de la archidiócesis con pequeños cambios, como el de una Capilla Real donde se enterraron diferentes monarcas y familiares, entre ellos Alfonso X, Fernando III y Beatriz de Suabia. Los cristianos utilizaron durante más de 150 años el edificio musulmán. A partir de 1401 se pensó en un nuevo templo de formas totalmente cristianas, por lo que con el pretexto de que la mezquita se encontraba en estado ruinoso, se procedió a demolerla.

 

Gótica (1401-1528) El cabildo catedralicio decidió el 8 de julio de 1401 construir un nuevo templo, pues la antigua mezquita almohade se encontraba mal conservada después del terremoto ocurrido en 1356 que la afectó gravemente. Según la tradición oral sevillana la decisión de los canónigos habría sido: «Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos» y según el acta capitular de aquel día la nueva obra debía ser «una tal y tan buena, que no haya otra su igual». Tradicionalmente se ha dado como fecha de inicio de las obras el año 1402, aunque actualmente se considera como fecha más probable 1434. Se prolongaron en esta fase hasta 1506. Se cree que el primitivo proyecto de la obra se debió al maestro Alonso Martínez. Posteriormente fueron maestro de obras Ysambarte y en 1439 el francés Carlín (Charles Gauter de Rúan) que se hizo cargo de los trabajos con un salario de mil maravedíes anuales, creyéndose que estuvo al frente de los mismos hasta su muerte hacia 1448, su sucesor fue el cantero Juan Normant. Entre 1498 y 1512 ejerció el cargo de maestro mayor Alonso Rodríguez. El día 6 de octubre del año 1506, tuvo lugar la ceremonia oficial para celebrar la conclusión de la obra, en la que se colocó la "piedra postrera" en la parte más alta del cimborio. Se invitó al arzobispo Diego de Deza a participar en el acto, aunque se excusó por encontrarse demasiado viejo para subir y lo presenció como espectador desde la capilla de la Virgen de la Antigua. No se pudieron realizar celebraciones por haber fallecido dos semanas antes el rey Felipe I de Castilla (Felipe el Hermoso). Al año siguiente, 1507, tuvo lugar la consagración del templo, aunque quedaron pendientes algunas obras por concluir. El resultado final fue un grandioso templo gótico de enormes dimensiones y riguroso diseño. Cuatro años después, el 28 de diciembre de 1511, falló uno de los enormes pilares y se produjo un derrumbe que afectó al cimborio que cubría el crucero, todo al parecer causado por el peso excesivo de la estructura. Se destituyó a Alonso Rodríguez y, tras un detenido estudio de las posibles soluciones, el arquitecto Juan Gil de Hontañón, siguiendo el marco estilístico inicial, diseñó una nueva cúpula que se completó en el año 1519. Este cimborio se desplomó 370 años más tarde, el 1 de agosto de 1888, volviéndose a reconstruir por el arquitecto Joaquín Fernández con igual forma, tal como se ve en la actualidad.

 

Renacentista (1528-1593) Corresponde al periodo iniciado en 1528, en que se construyeron una serie de dependencias anexas al templo gótico, como la Sacristía mayor, la Sala Capitular y la Capilla Real y se terminaron otras como la Sacristía de los Cálices y las Capillas de los Alabastros. En estas obras intervinieron los arquitectos Diego de Riaño, Martín de Gainza y Asensio de Maeda. También en esta etapa Hernán Ruiz edificó el último cuerpo de la Giralda. La catedral y sus dependencias quedaron terminadas en 1593.

 

Barroca (1618-1758) En esta fase se construyó la Iglesia del Sagrario (1618-1663) por Miguel de Zumárraga; se trata en realidad de una iglesia independiente de la catedral, aunque se encuentra anexa a la misma y se comunica con ella. A este edificio le acompañaron en el mismo estilo una serie de pequeños agregados en el frente de Poniente.

 

Académica (1758-1823) Durante esta fase predomina el estilo neoclásico. Se construyeron diversas dependencias situadas en la zona suroeste del templo, entre la actual avenida de la constitución y el Archivo de Indias. Entre los años 1762 y 1797 se procedió al derribo de los edificios que unían el monumento al caserío de la ciudad, para conseguir que la manzana que ocupa estuviera totalmente independiente. Los principales arquitectos que intervinieron en las obras fueron Manuel Núñez y Fernando de Rosales.

 

Neogótica (1825-1928) Este periodo comprende desde 1825 hasta 1928. Durante el mismo se terminaron partes del edificio que habían quedado inconclusas, procurando en todo momento mantenerse lo más próximo posible al diseño gótico original. Continuando el proyecto del arquitecto Demetrio de los Ríos del año 1866, las puertas de la Concepción y la de San Cristóbal o del Príncipe, fueron acabadas por Adolfo Fernández Casanova entre 1895 y 1917. También se realizaron diferentes trabajos de restauración. Inició esta etapa Fernando de Rosales y la cerró Javier de Luque.

 

miércoles, 20 de abril de 2016

Andalucía en la edad media. La Andalucía Islámica Al-Andalus

Características generales del arte musulmán:


- No utilizan la piedra porque es muy costosa, utilizan materiales más baratos: mampostería, madera, ladrillo y yeso.
- Edificios poco elevados, se extienden más en superficie que en altura, influencia de la visión plana del desierto. Esto provoca que no hagan falta muros demasiado fuertes ni pilares grandes, ya que no hay mucho peso que soportar.
- Utilizan columnas de acarreo. Si hay unas ruinas cerca, reutilizan sus materiales.
- Cuando ellos mismos hacen las columnas, estas son muy finas.
- Los capiteles son muy diversos: Corintios, romanos, visigodos... también hacen capiteles de estalactitas, de pliegues, de abanicos, cúbicos...
- Las bóvedas son muy diversas.
- Los arcos decorativos (Falsos arcos = no tienen función sustentante) son muy diversos:
De herradura (tomados de los visigodos)
Lobulados
Cruzados
Túmido (de herradura apuntado)
De quilla
Medio punto
Medio punto peraltado
Mixtilíneo
- Las cúpulas son símbolo de Dios y significan poder:
Semicircular/semiesférica
Esquifada
Cónica
De mocárabes
Caladas

Edificios:
- Construían hacia adentro, hacia la parte interior de los edificios.
- Los muros o paramentos son de gran sencillez y con pocos huecos al exterior.
- Amplios balcones volados cerrados con celosías, para ver sin ser visto.
- Mezquitas para la oración, son los principales.
- Madrazas o Medersas, son escuelas donde se enseñaba el Corán.
- Tumbas.
- Palacios.
- Baños.
- Caravanseres, eran posadas en el desierto para que hagan escala las caravanas.

Decoración:
- Utilizan una decoración exuberante (horror vacui = horror al vacío)
- No aparecen figuras humanas ni animales.
- Utilizan mucho los elementos vegetales estilizados o “ataurique”
- Mocárabes, Composiciones geométricas y decoraciones epigráficas (Leyendas inscritas en árabe).
- Yeserías: Trabajan el yeso que es mucho más fácil que el mármol. Le dan su apariencia y lo tallan. Además es un material mucho más barato.
- Las yeserías en algunos casos también las policroman.
- Mosaicos: Se utilizaban cuando había más dinero.

Urbanismo:
- La ciudad se forma por aglutinación o yuxtaposición, no hay un plano determinado ni regular y los espacios carecen de límites.
- Frente a lo clásico regular, establecieron lo irregular e imprevisible.
- Estrechez en las calles.

El arte musulmán en Al-Andalus y sus etapas:
ARTE CALIFAL.
Características generales. Las artes plásticas, especialmente la arquitectura, evolucionan sin cortes bruscos en su estilo. En los primeros momentos se refleja la influencia de los edificios de la tradición hispanorromana-visigoda. De herencia visigoda es el arco más utilizado; el de herradura. A mediados del siglo X, la arquitectura califal comienza a emplear el arco lobulado y el de herradura apuntada. Edificios más representativos. La Mezquita de Córdoba, la Mezquita del Cristo de la Luz (Toledo) y, la ciudad-palacio de Medina Azahara.
ABDERRAMÁN I:
fue un príncipe de la dinastía omeya que, en el año 756, tras diversas vicisitudes, se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba, fundando allí la dinastía Umawi. Su madre era bereber de la tribu Nafza, lo que le sirvió para escapar a Cabilia, en el norte de África, al triunfar la revolución abásida. La situación interna del emirato no permitió a Abderramán I dirigir las habituales aceifas (razias musulmanas) a los territorios cristianos del norte. Su reinado de treinta y dos años transcurrió entre luchas internas para sofocar la resistencia del anterior emir, Yusuf al-Fihrí, y de sus hijos, los sirios partidarios de los abasíes y de los bereberes asentados en la península ibérica.
Se le conocía también como al-Dakhil (‘el Inmigrante’), Saqr Quraish (‘el Halcón de los Quraysh’) y el «Halcón de al-Ándalus». 
ABDERRAMÁN II:
hijo y sucesor de Alhakén I, fue el cuarto emir omeya de Córdoba desde el 25 de mayo de 822 hasta su muerte.
Tenía treinta años de edad cuando accedió al trono y, como su padre y su abuelo, tuvo que reprimir las pretensiones al trono de su tío Abd Allah. Se entregó a la tarea de reorganizar administrativamente Al-Ándalus. Intentó presentar una imagen de moderación ante los mozárabes y los musulmanes sometidos a la férula de la aristocracia árabe. Consciente del poder e influencia de los alfaquíes, ordenó derribar el mercado de vinos de Secunda, cerca de la capital cordobesa, contrario a los preceptos del Corán. Luego, como concesión al populacho, crucificó al responsable de la política fiscal de su padre, un cristiano que las fuentes llaman Rabí.
Recién estrenado su emirato estalló una guerra en la Kora de Tudmir, en el sureste peninsular, entre los clanes yemenita y muraditas, tribus árabes enfrentadas.
La paz restablecida en España por el emir Abuljatar, al sofocar la contienda entre los árabes beledíes y sirios, no fue duradera. Dicho emir que comenzó su gobierno midiendo á todos por igual, se inclinó pronto por los yemenies, en perjuicio de sus rivales los modaries, dando lugar á que se encendiese de nuevo la guerra civil con tanto o mayor encarnizamiento que antes. Los primeros, es decir los yemenitas, habían conquistado y fijado su asiento en el Yemen, la parle más floreciente de la Arabia meridional, muchos siglos antes de nuestra era, subyugando la raza de origen incierto que habitaba dicho país. Los modaríes ó Caisíes, eran descendientes de Ismael y habitaban el Hechaz y en la cual se hallan La Meca y Medina. Ambos pueblos o tribus que constituyeron, por decirlo así, la primera materia del imperio musulmán.
Recién estrenado el emirato de Abderramán II estalló una guerra en la Kora de Tudmir, en el sureste peninsular, entre los clanes de yemeníes y muraditas. La chispa saltó enLorca, donde tuvo lugar el célebre combate de al-Musara. La guerra entre yemeníes y muradíes ya duraba siete años y la cora fue pacificada por el general omeya ibm Mu’awiya ibn Hisan, y se habla de 3000 rebeldes muertos, incluido su comandante el yemení Abu Samaj.
Las tropas de Abderraman destruyeron entonces la ciudad-refugio de los rebeldes, Eio, y el Emir decidió trasladar la capital de la cora desde Orihuela a una ciudad de nueva plantaMadina Mursiya, fundada el domingo 25 de junio de 825. Murcia se alzaba sobre una pequeña elevación a orillas del río Segura, al objeto de pacificar el territorio, potenciar el desarrollo y afianzar la autoridad emiral. El general Chabir fue el primer gobernador de Murcia.

ABDERRAMÁN III:
fue el octavo emir independiente (912-929) y primer califa omeya de Córdoba (929-961), con el sobrenombre de al-Nāir li-dīn Allah aquel que hace triunfar la religión de Dios' ('de Alá').
El califa Abderramán vivió setenta años y reinó cincuenta. Fundó la ciudad palatina de Medina Azahara, cuya fastuosidad aún es proverbial, y condujo al emirato cordobés de su nadir al esplendor califal. De él dijo su cortesano Ibn Abd Rabbihi que «la unión del Estado rehízo, de él arrancó los velos de tinieblas. El reino que destrozado estaba reparó, firmes y seguras quedaron sus bases (…) Con su luz amaneció el país. Corrupción y desorden acabaron tras un tiempo en que la hipocresía dominaba, tras imperar rebeldes y contumaces». Bajo su mandato, Córdoba se convirtió en un verdadero faro de la civilización y la cultura, que la abadesa germana Hroswitha de Gandersheim llamó «Ornamento del Mundo» y «Perla de Occidente».
El periodo califal (929-961) fue el más brillante de su reinado: logró someter a las marcas fronterizas a su autoridad, derrotar en diversas ocasiones a los fatimíes en el Magreb aunque no eliminar esta amenaza y dominar a los Estados cristianos del norte de la península, a pesar de los descalabros militares, en especial la grave derrota en Simancas. Si durante los veinte primeros años de su reinado mantuvo una intensa actividad militar, tras la derrota de Simancas no volvió a participar en persona en las campañas. El califato, convertido en un importante Estado a finales del reinado de Abderramán, mantuvo relaciones diplomáticas con el Imperio bizantino y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Derrotado en la batalla de Simancas por Ramiro II de León (939), fue incapaz de reducir a los reinos cristianos del norte de España. A su muerte dejó por legado un poderoso califato forjado por la fuerza de las armas, uno de los Estados más poderosos del Occidente europeo, que, sin embargo, se derrumbó en poco más de medio siglo.

ALHAKÉN II:
1 de octubre de 976 segundo califa omeya de Córdoba, desde el 16 de octubre de 961 hasta su muerte. Durante su reinado uno de los más pacíficos y fecundos de la dinastía en la península se amplió la mezquita de Córdoba, ciudad que alcanzó su apogeo del periodo califal. Es conocido asimismo como gran bibliógrafo y gobernante de gran cultura.
Sucedió a Abderramán III a los 47 años y nueve meses de edad, continuando la política de su padre y manteniendo la paz y la prosperidad en Al-Ándalus. No sólo sostuvo el apogeo al que llegó el califato con su padre, sino que con él alcanzó su máximo esplendor.
A los 8 años fue nombrado sucesor de Abderramán III, y su educación fue exquisita, participando intensamente en las actividades de gobierno, así como en las campañas militares, acompañando al califa en varias ocasiones. Conservó durante toda su vida gran aprecio por las artes y las letras. Cuando a la muerte de su padre se hizo cargo del poder contaba con 47 años y adoptó el título de al-Mustansir bi-llah («el que busca la ayuda victoriosa de Alá»). Hasta entonces, y pese a su unión con Radhia, no tuvo hijos. Al llegar al trono la descendencia se hacía necesaria y logró dársela una concubina esclava, de origen vascongado llamada Subh (también llamada Zohbeya y Aurora), a quien Alhakén dio el nombre masculino de Chafar.
ALMANZOR:
fue un militar y político andalusí, caudillo del Califato de Córdoba y hayib o chambelán de Hisham II. Nacido en una alquería en las afueras de Algeciras, en el seno de una familia de origen árabe yemení con algunos antepasados jurisconsultos, marchó joven a Córdoba a formarse como alfaquí. Después de unos comienzos humildes, ingresó en la Administración y pronto se ganó la confianza de la favorita del califa, Subh, madre de sus hijos. Gracias a esta protección y a su eficiencia, acumuló rápidamente numerosos cargos. Durante el califato de Alhakén II, ocupó importantes cargos administrativos, como los de director de la ceca (967), administrador de la favorita del califa y de sus hijos y de las herencias intestadas o intendente del ejército del general Galib (973). La muerte de este califa en el 976 marcó el comienzo de la época califal dominada por su figura, que continuó más allá de su muerte con el gobierno de dos de sus hijos, primero Abd al-Malik al-Muzaffar y luego Abd al-Rahman Ibn Sanchul, hasta el 1009. Como chambelán del califato (desde el 978), ejerció un poder extraordinario en el Estado andalusí, en toda la península ibérica y en parte del Magreb, mientras el califa Hisham quedaba relegado por Almanzor. Recibió el apoyo pragmático de las autoridades religiosas a su control del poder político, sin que ello evitase tensiones periódicas entre el caudillo y aquellas. La base de su poder estaba en la defensa de la yihad que, al no ser califa, debía proclamar en nombre de este. Su imagen de paladín del islam servía para justificar su asunción de la autoridad gubernamental. Habiendo acaparado el dominio político en el califato, llevó a cabo profundas reformas tanto en la política exterior como en la interior. Realizó numerosas y victoriosas campañas tanto en el Magreb como en la península ibérica, donde sólo logró detener temporalmente el avance de los Estados cristianos hacia el sur; a pesar de sus abundantes triunfos militares, apenas recuperó territorio.

MEDINA AZAHARA:

es una ciudad palatina o áulica que mandó edificar Abderramán III (Abd al-Rahman III, al-Nasir) a unos 8 km en las afueras de Córdoba en dirección oeste, más concretamente, en Sierra Morena. Los principales motivos de su construcción son de índole político-ideológica: la dignidad de califa exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, los fatimíes de Ifriqiya, la zona norte del continente africano. Además de oponentes políticos, lo eran también en lo religioso, ya que los fatimíes, chiíes, eran enemigos de los omeyas, mayoritariamente de la rama islámica suní. La cultura popular también dice que fue edificada como homenaje a la mujer favorita del califa: Azahara. El yacimiento arqueológico de Medina Azahara está declarado Bien de interés cultural en la categoría de monumento desde el año 1923.

EL ARTE DE LOS REINOS TAIFAS:
La destrucción de la unidad política en la España medieval llevó a la abolición del califato cordobés en 1031 y a la creación de un mosaico de reinos independientes que fueron denominados taifas (de tawaifs, partidos, facciones). Las rivalidades entre ellos, reivindicando la herencia del prestigio y la autoridad del Califato, constituyeron la tónica dominante del período. Esta situación se tradujo en el terreno artístico en la emulación de modelos cordobeses. Sin embargo, la dispersión de los régulos y la pobreza de recursos materiales en comparación con la época del califato, debido en gran medida a las continuas parias que pagaban a los reinos cristianos, produjo un arte de ostentación y de gran dispersión estilística, sin que se pueda determinar de modo preciso, unas constantes artísticas para el periodo taifal. Dominó la arquitectura civil (palaciega y militar), frente a la religiosa en este periodo, que solo aporta ejemplos de mezquitas menores, como la Mezquita de las Tornerías de Toledo o la torre de la iglesia de San José de Granada, cuyo cuerpo inferior pertenece al alminar de la mezquita de al-Murabittun (ermitaños). Las taifas desarrollaron estilos propios a partir de la propia evolución manierista del arte hispanomusulmán y de influencias exteriores, pues es esta una época de abundante comercio y contactos con Oriente. Sin embargo, los materiales que se utilizaron fueron pobres, en consonancia con el menor poderío económico de los reyes taifas, que emplearon en la arquitectura fundamentalmente el ladrillo, el mampuesto, las yeserías y técnicas mixtas. Se da una preferencia por lo ornamental: frente a las estructuras de arcos de herradura y peraltados, sostenidos sobre columnas con capiteles de herencia romana, ahora proliferan los arcos mixtilíneos (la gran novedad del periodo), polilobulados, los calados en las yeserías y la decoración de atauriques; capiteles más estilizados y ornamentales y columnas que ya no utilizan tan a menudo el mármol. No se han conservado demasiados ejemplos de arquitectura del periodo de las primeras taifas. La mayor parte de los restos arquitectónicos existentes corresponden a la arquitectura militar, destacando las alcazabas de Málaga, Almería y Granada, que sin embargo, recibieron posteriormente aportes y remodelaciones, fundamentalmente de época almohade y nazarí. El único ejemplo homogéneo de arquitectura palaciega está representado por La Aljafería de Zaragoza, un palacio de recreo con aspecto fortificado que supuso la culminación del esplendor de la Taifa de Zaragoza.

LA GIRALDA:
Giralda es el nombre que recibe el campanario de la Catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía(España). Los dos tercios inferiores de la torre corresponden al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que el tercio superior es una construcción sobrepuesta en época cristiana para albergar las campanas. En su cúspide se halla una bola llamada tinaja sobre la cual se alza el Giraldillo, estatua que hace las funciones de veleta y que fue la escultura en bronce más grande del Renacimiento europeo y que por extensión vino a denominar a toda la torre, pues si bien el nombre originario que recibió al ser construida en 1568 fue Triunfo de la Fe Victoriosa, o sencillamente Fe, no pasó mucho tiempo en empezar a ser denominada Giralda (literalmente, "que gira"), posiblemente a finales de ese mismo siglo. Tal queda recogido en testimonios escritos como El viaje imaginario de Agustín de Rojas Villandandro (1603) o en el mismísimo El Quijote, de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad desde 1588. La torre empezó a llamarse, pues, Torre de la Giralda y lo que fue Giralda devino entonces en Giraldillo.
La Giralda mide mide 97,5 metros de altura y 101 incluido el Giraldillo, que mide 3,5 metros. Fue durante siglos la torre más alta de España, así como una de las construcciones más elevadas y famosas de toda Europa (por comparación; la Torre de Pisa mide 55,8 m y el Big Ben 96,3 m). El 29 de diciembre de 1928 fue declarada Patrimonio Nacional y en 1987 integró la lista del Patrimonio de la Humanidad. Su arquitectura única y original de formas cuadrangulares exactas, adornada de torrecillas y pináculos, ha servido de inspiración a multitud de torres posteriores en Estados Unidos, Rusia, Polonia y otros países del mundo.
ARTE NAZARÍ O GRANADINO.
Características generales. La arquitectura es la manifestación más importante. Los materiales constructivos son pobres. Los muros, recubiertos en su parte inferior de cerámica vidriada, en forma de alicatado con lacería de ocho puntas; en la parte alta los motivos elegidos son las almenas escalonadas y la zona intermedia se ve ocupada por decoración de ataurique y,a veces, por cartuchos con temas epigráficos. En los techos, el material de origen se oculta bajo ricas cubiertas de madera. Tambiés se usan los tallos vegetales estilizados y los mocárabes. Entre los arcos, el más característico es el de punto peraltado con festones. La gran aportación granadina es la columna de galgo o columna de canon muy estilizado.
Edificios representativos. La Alhambra. El cuarto de Comares y el Cuarto de los Leones.