miércoles, 20 de abril de 2016

Andalucía en la edad media. La Andalucía Islámica Al-Andalus

Características generales del arte musulmán:


- No utilizan la piedra porque es muy costosa, utilizan materiales más baratos: mampostería, madera, ladrillo y yeso.
- Edificios poco elevados, se extienden más en superficie que en altura, influencia de la visión plana del desierto. Esto provoca que no hagan falta muros demasiado fuertes ni pilares grandes, ya que no hay mucho peso que soportar.
- Utilizan columnas de acarreo. Si hay unas ruinas cerca, reutilizan sus materiales.
- Cuando ellos mismos hacen las columnas, estas son muy finas.
- Los capiteles son muy diversos: Corintios, romanos, visigodos... también hacen capiteles de estalactitas, de pliegues, de abanicos, cúbicos...
- Las bóvedas son muy diversas.
- Los arcos decorativos (Falsos arcos = no tienen función sustentante) son muy diversos:
De herradura (tomados de los visigodos)
Lobulados
Cruzados
Túmido (de herradura apuntado)
De quilla
Medio punto
Medio punto peraltado
Mixtilíneo
- Las cúpulas son símbolo de Dios y significan poder:
Semicircular/semiesférica
Esquifada
Cónica
De mocárabes
Caladas

Edificios:
- Construían hacia adentro, hacia la parte interior de los edificios.
- Los muros o paramentos son de gran sencillez y con pocos huecos al exterior.
- Amplios balcones volados cerrados con celosías, para ver sin ser visto.
- Mezquitas para la oración, son los principales.
- Madrazas o Medersas, son escuelas donde se enseñaba el Corán.
- Tumbas.
- Palacios.
- Baños.
- Caravanseres, eran posadas en el desierto para que hagan escala las caravanas.

Decoración:
- Utilizan una decoración exuberante (horror vacui = horror al vacío)
- No aparecen figuras humanas ni animales.
- Utilizan mucho los elementos vegetales estilizados o “ataurique”
- Mocárabes, Composiciones geométricas y decoraciones epigráficas (Leyendas inscritas en árabe).
- Yeserías: Trabajan el yeso que es mucho más fácil que el mármol. Le dan su apariencia y lo tallan. Además es un material mucho más barato.
- Las yeserías en algunos casos también las policroman.
- Mosaicos: Se utilizaban cuando había más dinero.

Urbanismo:
- La ciudad se forma por aglutinación o yuxtaposición, no hay un plano determinado ni regular y los espacios carecen de límites.
- Frente a lo clásico regular, establecieron lo irregular e imprevisible.
- Estrechez en las calles.

El arte musulmán en Al-Andalus y sus etapas:
ARTE CALIFAL.
Características generales. Las artes plásticas, especialmente la arquitectura, evolucionan sin cortes bruscos en su estilo. En los primeros momentos se refleja la influencia de los edificios de la tradición hispanorromana-visigoda. De herencia visigoda es el arco más utilizado; el de herradura. A mediados del siglo X, la arquitectura califal comienza a emplear el arco lobulado y el de herradura apuntada. Edificios más representativos. La Mezquita de Córdoba, la Mezquita del Cristo de la Luz (Toledo) y, la ciudad-palacio de Medina Azahara.
ABDERRAMÁN I:
fue un príncipe de la dinastía omeya que, en el año 756, tras diversas vicisitudes, se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba, fundando allí la dinastía Umawi. Su madre era bereber de la tribu Nafza, lo que le sirvió para escapar a Cabilia, en el norte de África, al triunfar la revolución abásida. La situación interna del emirato no permitió a Abderramán I dirigir las habituales aceifas (razias musulmanas) a los territorios cristianos del norte. Su reinado de treinta y dos años transcurrió entre luchas internas para sofocar la resistencia del anterior emir, Yusuf al-Fihrí, y de sus hijos, los sirios partidarios de los abasíes y de los bereberes asentados en la península ibérica.
Se le conocía también como al-Dakhil (‘el Inmigrante’), Saqr Quraish (‘el Halcón de los Quraysh’) y el «Halcón de al-Ándalus». 
ABDERRAMÁN II:
hijo y sucesor de Alhakén I, fue el cuarto emir omeya de Córdoba desde el 25 de mayo de 822 hasta su muerte.
Tenía treinta años de edad cuando accedió al trono y, como su padre y su abuelo, tuvo que reprimir las pretensiones al trono de su tío Abd Allah. Se entregó a la tarea de reorganizar administrativamente Al-Ándalus. Intentó presentar una imagen de moderación ante los mozárabes y los musulmanes sometidos a la férula de la aristocracia árabe. Consciente del poder e influencia de los alfaquíes, ordenó derribar el mercado de vinos de Secunda, cerca de la capital cordobesa, contrario a los preceptos del Corán. Luego, como concesión al populacho, crucificó al responsable de la política fiscal de su padre, un cristiano que las fuentes llaman Rabí.
Recién estrenado su emirato estalló una guerra en la Kora de Tudmir, en el sureste peninsular, entre los clanes yemenita y muraditas, tribus árabes enfrentadas.
La paz restablecida en España por el emir Abuljatar, al sofocar la contienda entre los árabes beledíes y sirios, no fue duradera. Dicho emir que comenzó su gobierno midiendo á todos por igual, se inclinó pronto por los yemenies, en perjuicio de sus rivales los modaries, dando lugar á que se encendiese de nuevo la guerra civil con tanto o mayor encarnizamiento que antes. Los primeros, es decir los yemenitas, habían conquistado y fijado su asiento en el Yemen, la parle más floreciente de la Arabia meridional, muchos siglos antes de nuestra era, subyugando la raza de origen incierto que habitaba dicho país. Los modaríes ó Caisíes, eran descendientes de Ismael y habitaban el Hechaz y en la cual se hallan La Meca y Medina. Ambos pueblos o tribus que constituyeron, por decirlo así, la primera materia del imperio musulmán.
Recién estrenado el emirato de Abderramán II estalló una guerra en la Kora de Tudmir, en el sureste peninsular, entre los clanes de yemeníes y muraditas. La chispa saltó enLorca, donde tuvo lugar el célebre combate de al-Musara. La guerra entre yemeníes y muradíes ya duraba siete años y la cora fue pacificada por el general omeya ibm Mu’awiya ibn Hisan, y se habla de 3000 rebeldes muertos, incluido su comandante el yemení Abu Samaj.
Las tropas de Abderraman destruyeron entonces la ciudad-refugio de los rebeldes, Eio, y el Emir decidió trasladar la capital de la cora desde Orihuela a una ciudad de nueva plantaMadina Mursiya, fundada el domingo 25 de junio de 825. Murcia se alzaba sobre una pequeña elevación a orillas del río Segura, al objeto de pacificar el territorio, potenciar el desarrollo y afianzar la autoridad emiral. El general Chabir fue el primer gobernador de Murcia.

ABDERRAMÁN III:
fue el octavo emir independiente (912-929) y primer califa omeya de Córdoba (929-961), con el sobrenombre de al-Nāir li-dīn Allah aquel que hace triunfar la religión de Dios' ('de Alá').
El califa Abderramán vivió setenta años y reinó cincuenta. Fundó la ciudad palatina de Medina Azahara, cuya fastuosidad aún es proverbial, y condujo al emirato cordobés de su nadir al esplendor califal. De él dijo su cortesano Ibn Abd Rabbihi que «la unión del Estado rehízo, de él arrancó los velos de tinieblas. El reino que destrozado estaba reparó, firmes y seguras quedaron sus bases (…) Con su luz amaneció el país. Corrupción y desorden acabaron tras un tiempo en que la hipocresía dominaba, tras imperar rebeldes y contumaces». Bajo su mandato, Córdoba se convirtió en un verdadero faro de la civilización y la cultura, que la abadesa germana Hroswitha de Gandersheim llamó «Ornamento del Mundo» y «Perla de Occidente».
El periodo califal (929-961) fue el más brillante de su reinado: logró someter a las marcas fronterizas a su autoridad, derrotar en diversas ocasiones a los fatimíes en el Magreb aunque no eliminar esta amenaza y dominar a los Estados cristianos del norte de la península, a pesar de los descalabros militares, en especial la grave derrota en Simancas. Si durante los veinte primeros años de su reinado mantuvo una intensa actividad militar, tras la derrota de Simancas no volvió a participar en persona en las campañas. El califato, convertido en un importante Estado a finales del reinado de Abderramán, mantuvo relaciones diplomáticas con el Imperio bizantino y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Derrotado en la batalla de Simancas por Ramiro II de León (939), fue incapaz de reducir a los reinos cristianos del norte de España. A su muerte dejó por legado un poderoso califato forjado por la fuerza de las armas, uno de los Estados más poderosos del Occidente europeo, que, sin embargo, se derrumbó en poco más de medio siglo.

ALHAKÉN II:
1 de octubre de 976 segundo califa omeya de Córdoba, desde el 16 de octubre de 961 hasta su muerte. Durante su reinado uno de los más pacíficos y fecundos de la dinastía en la península se amplió la mezquita de Córdoba, ciudad que alcanzó su apogeo del periodo califal. Es conocido asimismo como gran bibliógrafo y gobernante de gran cultura.
Sucedió a Abderramán III a los 47 años y nueve meses de edad, continuando la política de su padre y manteniendo la paz y la prosperidad en Al-Ándalus. No sólo sostuvo el apogeo al que llegó el califato con su padre, sino que con él alcanzó su máximo esplendor.
A los 8 años fue nombrado sucesor de Abderramán III, y su educación fue exquisita, participando intensamente en las actividades de gobierno, así como en las campañas militares, acompañando al califa en varias ocasiones. Conservó durante toda su vida gran aprecio por las artes y las letras. Cuando a la muerte de su padre se hizo cargo del poder contaba con 47 años y adoptó el título de al-Mustansir bi-llah («el que busca la ayuda victoriosa de Alá»). Hasta entonces, y pese a su unión con Radhia, no tuvo hijos. Al llegar al trono la descendencia se hacía necesaria y logró dársela una concubina esclava, de origen vascongado llamada Subh (también llamada Zohbeya y Aurora), a quien Alhakén dio el nombre masculino de Chafar.
ALMANZOR:
fue un militar y político andalusí, caudillo del Califato de Córdoba y hayib o chambelán de Hisham II. Nacido en una alquería en las afueras de Algeciras, en el seno de una familia de origen árabe yemení con algunos antepasados jurisconsultos, marchó joven a Córdoba a formarse como alfaquí. Después de unos comienzos humildes, ingresó en la Administración y pronto se ganó la confianza de la favorita del califa, Subh, madre de sus hijos. Gracias a esta protección y a su eficiencia, acumuló rápidamente numerosos cargos. Durante el califato de Alhakén II, ocupó importantes cargos administrativos, como los de director de la ceca (967), administrador de la favorita del califa y de sus hijos y de las herencias intestadas o intendente del ejército del general Galib (973). La muerte de este califa en el 976 marcó el comienzo de la época califal dominada por su figura, que continuó más allá de su muerte con el gobierno de dos de sus hijos, primero Abd al-Malik al-Muzaffar y luego Abd al-Rahman Ibn Sanchul, hasta el 1009. Como chambelán del califato (desde el 978), ejerció un poder extraordinario en el Estado andalusí, en toda la península ibérica y en parte del Magreb, mientras el califa Hisham quedaba relegado por Almanzor. Recibió el apoyo pragmático de las autoridades religiosas a su control del poder político, sin que ello evitase tensiones periódicas entre el caudillo y aquellas. La base de su poder estaba en la defensa de la yihad que, al no ser califa, debía proclamar en nombre de este. Su imagen de paladín del islam servía para justificar su asunción de la autoridad gubernamental. Habiendo acaparado el dominio político en el califato, llevó a cabo profundas reformas tanto en la política exterior como en la interior. Realizó numerosas y victoriosas campañas tanto en el Magreb como en la península ibérica, donde sólo logró detener temporalmente el avance de los Estados cristianos hacia el sur; a pesar de sus abundantes triunfos militares, apenas recuperó territorio.

MEDINA AZAHARA:

es una ciudad palatina o áulica que mandó edificar Abderramán III (Abd al-Rahman III, al-Nasir) a unos 8 km en las afueras de Córdoba en dirección oeste, más concretamente, en Sierra Morena. Los principales motivos de su construcción son de índole político-ideológica: la dignidad de califa exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, los fatimíes de Ifriqiya, la zona norte del continente africano. Además de oponentes políticos, lo eran también en lo religioso, ya que los fatimíes, chiíes, eran enemigos de los omeyas, mayoritariamente de la rama islámica suní. La cultura popular también dice que fue edificada como homenaje a la mujer favorita del califa: Azahara. El yacimiento arqueológico de Medina Azahara está declarado Bien de interés cultural en la categoría de monumento desde el año 1923.

EL ARTE DE LOS REINOS TAIFAS:
La destrucción de la unidad política en la España medieval llevó a la abolición del califato cordobés en 1031 y a la creación de un mosaico de reinos independientes que fueron denominados taifas (de tawaifs, partidos, facciones). Las rivalidades entre ellos, reivindicando la herencia del prestigio y la autoridad del Califato, constituyeron la tónica dominante del período. Esta situación se tradujo en el terreno artístico en la emulación de modelos cordobeses. Sin embargo, la dispersión de los régulos y la pobreza de recursos materiales en comparación con la época del califato, debido en gran medida a las continuas parias que pagaban a los reinos cristianos, produjo un arte de ostentación y de gran dispersión estilística, sin que se pueda determinar de modo preciso, unas constantes artísticas para el periodo taifal. Dominó la arquitectura civil (palaciega y militar), frente a la religiosa en este periodo, que solo aporta ejemplos de mezquitas menores, como la Mezquita de las Tornerías de Toledo o la torre de la iglesia de San José de Granada, cuyo cuerpo inferior pertenece al alminar de la mezquita de al-Murabittun (ermitaños). Las taifas desarrollaron estilos propios a partir de la propia evolución manierista del arte hispanomusulmán y de influencias exteriores, pues es esta una época de abundante comercio y contactos con Oriente. Sin embargo, los materiales que se utilizaron fueron pobres, en consonancia con el menor poderío económico de los reyes taifas, que emplearon en la arquitectura fundamentalmente el ladrillo, el mampuesto, las yeserías y técnicas mixtas. Se da una preferencia por lo ornamental: frente a las estructuras de arcos de herradura y peraltados, sostenidos sobre columnas con capiteles de herencia romana, ahora proliferan los arcos mixtilíneos (la gran novedad del periodo), polilobulados, los calados en las yeserías y la decoración de atauriques; capiteles más estilizados y ornamentales y columnas que ya no utilizan tan a menudo el mármol. No se han conservado demasiados ejemplos de arquitectura del periodo de las primeras taifas. La mayor parte de los restos arquitectónicos existentes corresponden a la arquitectura militar, destacando las alcazabas de Málaga, Almería y Granada, que sin embargo, recibieron posteriormente aportes y remodelaciones, fundamentalmente de época almohade y nazarí. El único ejemplo homogéneo de arquitectura palaciega está representado por La Aljafería de Zaragoza, un palacio de recreo con aspecto fortificado que supuso la culminación del esplendor de la Taifa de Zaragoza.

LA GIRALDA:
Giralda es el nombre que recibe el campanario de la Catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía(España). Los dos tercios inferiores de la torre corresponden al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que el tercio superior es una construcción sobrepuesta en época cristiana para albergar las campanas. En su cúspide se halla una bola llamada tinaja sobre la cual se alza el Giraldillo, estatua que hace las funciones de veleta y que fue la escultura en bronce más grande del Renacimiento europeo y que por extensión vino a denominar a toda la torre, pues si bien el nombre originario que recibió al ser construida en 1568 fue Triunfo de la Fe Victoriosa, o sencillamente Fe, no pasó mucho tiempo en empezar a ser denominada Giralda (literalmente, "que gira"), posiblemente a finales de ese mismo siglo. Tal queda recogido en testimonios escritos como El viaje imaginario de Agustín de Rojas Villandandro (1603) o en el mismísimo El Quijote, de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad desde 1588. La torre empezó a llamarse, pues, Torre de la Giralda y lo que fue Giralda devino entonces en Giraldillo.
La Giralda mide mide 97,5 metros de altura y 101 incluido el Giraldillo, que mide 3,5 metros. Fue durante siglos la torre más alta de España, así como una de las construcciones más elevadas y famosas de toda Europa (por comparación; la Torre de Pisa mide 55,8 m y el Big Ben 96,3 m). El 29 de diciembre de 1928 fue declarada Patrimonio Nacional y en 1987 integró la lista del Patrimonio de la Humanidad. Su arquitectura única y original de formas cuadrangulares exactas, adornada de torrecillas y pináculos, ha servido de inspiración a multitud de torres posteriores en Estados Unidos, Rusia, Polonia y otros países del mundo.
ARTE NAZARÍ O GRANADINO.
Características generales. La arquitectura es la manifestación más importante. Los materiales constructivos son pobres. Los muros, recubiertos en su parte inferior de cerámica vidriada, en forma de alicatado con lacería de ocho puntas; en la parte alta los motivos elegidos son las almenas escalonadas y la zona intermedia se ve ocupada por decoración de ataurique y,a veces, por cartuchos con temas epigráficos. En los techos, el material de origen se oculta bajo ricas cubiertas de madera. Tambiés se usan los tallos vegetales estilizados y los mocárabes. Entre los arcos, el más característico es el de punto peraltado con festones. La gran aportación granadina es la columna de galgo o columna de canon muy estilizado.
Edificios representativos. La Alhambra. El cuarto de Comares y el Cuarto de los Leones.

          


         


 

  

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