LA ROMANIZACIÓN
El dominio romanos sobre la península duró unos ochos siglos, dejando una fuerte influencia en la cultura hispánica. La conquista inicia el proceso de aculturación de pueblos indígenas. Mecanismos de romanización: construcción de carreteras y obras públicas, asentamiento de los ciudadanos en territorios conquistados, privilegios a los indígenas, fundación de ciudades, expansión de la lengua latina y establecimiento del derecho romano.
ARTE ROMANO EN ANDALUCIA (LA ARQUITECTURA)
Racional, funcional y monumental, la arquitectura
romana es heredera de la etrusca y la griega, y muestra una gran
uniformidad debido al respeto permanente de los principios fijados por
el veronés Vitrubio en el siglo I d. de C.
Son muchos los restos arquitectónicos de la época
romana que se encuentran repartidos por toda Andalucía. Entre los más
renombrados y visitados, los que se encuentran en las antiguas ciudades
romanas de Itálica, en la provincia de Sevilla; la de Baelo Claudia, en Cádiz; la de Acinipo o Ronda la Vieja, en Málaga; o la de Carteia, también en la provincia de Cádiz. En ellas podemos ver restos de teatros y anfiteatros romanos, termas y algo de los templos.
Ejemplos obras públicas y urbanismo: vía Hercúlea, vía Augusta, vía de la plata, puentes de Córdoba y el de Villa del Río. Acueductos de el de Sexi (Almuñécar).
Edificios públicos: el foro. En Andalucía destacan los templos y las básilicas de Granada, Córdoba, Itálica y Baelo.
La Vivienda
La casa es sobria e intimista que presta poca atención a la fachada donde abren tabernas o tiendas. El atrio aglutina la vida familiar. Tenía un compluvium en el techo por donde entraba la luz y el agua de lluvia la cual se recogía en un depósito denominado impluvium. Alrededor del atrio estaban las demás habitaciones. Con las conquistas se añade nuevas dependencias como el peristilo, patio rodeado de columnas, el tablinum o despacho y el triclinio o comedor. Ejemplos: S. Roque en Cádiz, Minas en Sevilla o Baelo en Tarifa (Cádiz).
Arquitectura funeraria
Se construían necrópolis junto a las vías de acceso a la ciudad y las tumbas variaban según la moda arquitectónica y los rituales de incineración o inhumación. Ejemplo más destacado es la necrópolis de Carmona en ella destaca la tumba de Servilia.
ESCULTURA ROMANA
La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato.
El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones.
Los materiales más utilizados en el retrato fueron el bronce y el mármol y la estatuas eran apolícromas, salvo en un primer momento en que los ojos se coloreaban, práctica que se abandonó para ser tallados.
MOSAICO
Cuando los romanos fueron conquistando a lo largo del siglo II a. C. las regiones de Asia Menor y de Grecia, la obra de mosaico era ya común en todo el mundo de habla griega. El arte del mosaico pasó con facilidad al orbe romano comenzando así un género artístico-industrial, del que hicieron una verdadera especialidad. Se extendió de tal forma que puede decirse que no hubo casa o villa romana donde no hubiera mosaicos. Los mosaicos romanos son fáciles de descubrir para los arqueólogos y hasta el momento su número es muy elevado, pero presentan una gran dificultad de conservación. El lugar idóneo parece ser que está en los museos donde el cuidado, la limpieza, temperatura, humedad, etc., se hallan a su disposición, pero el problema está en el espacio que se necesitaría para almacenarlos de manera merecedora.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. El artista las disponía sobre la superficie, como un puzzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo para los espacios arquitectónicos. Llegó a ser un arte tan apreciado y difundido que en el siglo III el emperador Diocleciano promulgó un decreto en el que estableció el precio que los artistas podían dar a sus obras, según los grados de calificación previa. Cuando en el año 330 el emperador Constantino trasladó la capital del Imperio romano de Oriente a Bizancio, otorgó bastantes facilidades y favoreció el éxodo a los maestros griegos y romanos fabricantes de mosaicos (llamados mosaistas). En Bizancio el arte del mosaico se unió con la tradición oriental y dio lugar a una evolución que se distinguió sobre todo por el uso muy generalizado de grandes cantidades de oro.
Al principio, cuando el arte del mosaico empezó a desarrollarse en Roma, se hacía sobre todo para decorar los techos o las paredes y pocas veces los suelos porque se tenía miedo de que no ofreciera suficiente resistencia a las pisadas. Pero más tarde, cuando este arte llegó a la perfección, descubrieron que se podía pisar sin riesgo y comenzó la moda de hacer pavimentos de lujo. Los mosaicos como pavimento eran para los romanos como puede ser una alfombra persa y de alta calidad en los tiempos modernos.
La casa es sobria e intimista que presta poca atención a la fachada donde abren tabernas o tiendas. El atrio aglutina la vida familiar. Tenía un compluvium en el techo por donde entraba la luz y el agua de lluvia la cual se recogía en un depósito denominado impluvium. Alrededor del atrio estaban las demás habitaciones. Con las conquistas se añade nuevas dependencias como el peristilo, patio rodeado de columnas, el tablinum o despacho y el triclinio o comedor. Ejemplos: S. Roque en Cádiz, Minas en Sevilla o Baelo en Tarifa (Cádiz).
Arquitectura funeraria
Se construían necrópolis junto a las vías de acceso a la ciudad y las tumbas variaban según la moda arquitectónica y los rituales de incineración o inhumación. Ejemplo más destacado es la necrópolis de Carmona en ella destaca la tumba de Servilia.
ESCULTURA ROMANA
La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato.
El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones.
Los materiales más utilizados en el retrato fueron el bronce y el mármol y la estatuas eran apolícromas, salvo en un primer momento en que los ojos se coloreaban, práctica que se abandonó para ser tallados.
MOSAICO
Cuando los romanos fueron conquistando a lo largo del siglo II a. C. las regiones de Asia Menor y de Grecia, la obra de mosaico era ya común en todo el mundo de habla griega. El arte del mosaico pasó con facilidad al orbe romano comenzando así un género artístico-industrial, del que hicieron una verdadera especialidad. Se extendió de tal forma que puede decirse que no hubo casa o villa romana donde no hubiera mosaicos. Los mosaicos romanos son fáciles de descubrir para los arqueólogos y hasta el momento su número es muy elevado, pero presentan una gran dificultad de conservación. El lugar idóneo parece ser que está en los museos donde el cuidado, la limpieza, temperatura, humedad, etc., se hallan a su disposición, pero el problema está en el espacio que se necesitaría para almacenarlos de manera merecedora.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. El artista las disponía sobre la superficie, como un puzzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo para los espacios arquitectónicos. Llegó a ser un arte tan apreciado y difundido que en el siglo III el emperador Diocleciano promulgó un decreto en el que estableció el precio que los artistas podían dar a sus obras, según los grados de calificación previa. Cuando en el año 330 el emperador Constantino trasladó la capital del Imperio romano de Oriente a Bizancio, otorgó bastantes facilidades y favoreció el éxodo a los maestros griegos y romanos fabricantes de mosaicos (llamados mosaistas). En Bizancio el arte del mosaico se unió con la tradición oriental y dio lugar a una evolución que se distinguió sobre todo por el uso muy generalizado de grandes cantidades de oro.
Al principio, cuando el arte del mosaico empezó a desarrollarse en Roma, se hacía sobre todo para decorar los techos o las paredes y pocas veces los suelos porque se tenía miedo de que no ofreciera suficiente resistencia a las pisadas. Pero más tarde, cuando este arte llegó a la perfección, descubrieron que se podía pisar sin riesgo y comenzó la moda de hacer pavimentos de lujo. Los mosaicos como pavimento eran para los romanos como puede ser una alfombra persa y de alta calidad en los tiempos modernos.
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